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El sexo en la creación
El Señor creó el sexo como expresión de amor, intimidad, compartir, unidad y procreación. Jesús dijo: “¿No habéis leído que el que los hizo al principio, varón y hembra los hizo, y dijo: Por esto el hombre dejará padre y madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne? Así que no son ya más dos, sino una sola carne; por tanto, lo que Dios juntó, no lo separe el hombre” (Mateo 19: 4-6). El Señor también dijo: “Fructificad y multiplicaos” (Génesis 1:22). Así que el sexo es el regalo de amor y procreación de Dios a una pareja casada.
No cometerás adulterio
La Biblia nos dice que el sexo fuera de la unidad del matrimonio es pecado. Es quebrantar el séptimo mandamiento, que dice: “No cometerás adulterio” (Éxodo 20:14). Esta prohibición de las relaciones sexuales abarca no sólo el adulterio (relaciones sexuales voluntarias entre una persona casada y una pareja distinta del cónyuge legítimo), sino también la fornicación (relaciones sexuales voluntarias entre personas no casadas entre sí, que incluye el adulterio) y la impureza de todo acto, palabra y pensamiento (Mateo 5:27, 28).
Este es nuestro tercer deber hacia nuestro prójimo. Debemos respetar y honrar el vínculo sobre el que se construye la familia, el de la relación matrimonial, que para el cristiano es tan precioso como la vida misma (Hebreos 13:4).
En 1 Corintios 6:9-10 Pablo dice, “¿No sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No erréis; ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los que se echan con varones… heredarán el reino de Dios.” También agrega el apóstol, “pues la voluntad de Dios es vuestra santificación; que os apartéis de fornicación” (1 Tesalonicenses 4:3).
Referencias bíblicas sobre la inmoralidad sexual
Las escrituras dan muchas otras referencias que enseñan que el sexo fuera del matrimonio es un pecado:
“… que se aparten de… fornicación” (Hechos 15:20).
“Pero el cuerpo no es para la fornicación, sino para el Señor, y el Señor para el cuerpo… Huid de la fornicación. Cualquier otro pecado que el hombre cometa, está fuera del cuerpo; mas el que fornica, contra su propio cuerpo peca” (1 Corintios 6:13, 18).
“Ni forniquemos, como algunos de ellos fornicaron, y cayeron en un día veintitrés mil” (1 Corintios 10:8).
“…quizá tenga que llorar por muchos de los que antes han pecado, y no se han arrepentido de la inmundicia y fornicación y lascivia que han cometido” (2 Corintios 12:21).
“Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia” (Gálatas 5:19).
“Pero fornicación y toda inmundicia, o avaricia, ni aun se nombre entre vosotros, como conviene a santos” (Efesios 5:3).
“Haced morir, pues, lo terrenal en vosotros: fornicación, impureza, pasiones desordenadas, malos deseos y avaricia, que es idolatría” (Colosenses 3:5).
“Pues la voluntad de Dios es vuestra santificación; que os apartéis de fornicación” (1 Tesalonicenses 4:3).
“Como Sodoma y Gomorra y las ciudades vecinas, las cuales de la misma manera que aquellos, habiendo fornicado e ido en pos de vicios contra naturaleza, fueron puestas por ejemplo, sufriendo el castigo del fuego eterno” (Judas 7).
Conclusión
En un matrimonio, un esposo y su esposa son uno en una unión legítima y santa (Génesis 2:24), pero en la fornicación (sexo fuera del matrimonio) un hombre y una mujer se vuelven uno en una unión ilícita e impía. Sólo cuando está de acuerdo con la ley de Dios puede ser santa la unión de los sexos. Dios ordenó que el sexo debe estar dentro del matrimonio para la felicidad y el bienestar de la familia. La abstinencia antes del matrimonio salva vidas, protege a los bebés y da a las relaciones sexuales la belleza, el respeto y el valor adecuados.
En Su servicio,
BibleAsk Team