Pregunta: ¿Tenía la gente leyes antes de que se dieran los Diez Mandamientos en el Sinaí?
Respuesta: Dios reveló sus leyes a la humanidad desde el principio cuando el plan de salvación fue ofrecido a Adán y Eva (Génesis 3:15). Cuando nuestros primeros padres pecaron, habrían muerto de inmediato si no fuera por el Señor, quien dio un paso al frente y se ofreció a dar Su vida perfecta como sacrificio para pagar la pena de muerte por todas las personas (Apocalipsis 13:8).
Después del pecado, Dios requirió que el pecador trajera un animal en sacrificio para expiar su pecado (Génesis 4: 3-7). Pero, ¿cuál es la definición bíblica del pecado? “… El pecado es infracción de la ley” (1 Juan 3:4). Por lo tanto, el Señor se aseguró desde el principio de que sus hijos conocieran sus leyes (Éxodo 20) para evitar el pecado.
Dios nos creó para disfrutar de la felicidad, la paz, la larga vida, la plenitud y todas las buenas bendiciones que deseamos. La ley de Dios es el camino que nos indica la dirección correcta para que podamos tener esta verdadera y suprema felicidad. Y la ley de Dios es el muro que protege a los hijos de Dios (Gálatas 3:24).
Antes del Sinaí, la gente conocía las leyes inmutables de Dios (Salmos 111: 7,8). Por ejemplo, Abraham observó diligentemente todas las leyes de Dios, ya sea que provinieran directamente de Dios o que fueran transmitidas de generaciones pasadas. “Por cuanto oyó Abraham mi voz, y guardó mi precepto, mis mandamientos, mis estatutos y mis leyes” (Génesis 26:5).
Abraham se propuso en su corazón obedecer a Dios implícitamente; y cada vez que fallaba, se acercaba a Dios con el sacrificio de arrepentimiento sobre el altar de su corazón (Hebreos 7:25; 8: 1-4). Dejó su tierra natal, ofreció a su hijo, llevó a cabo el rito de la circuncisión, pagó el diezmo y ofreció sacrificios. Ciertamente, lo mismo debe haber sido cierto con respecto a todos los demás mandamientos de Dios.
La ley de Dios es un reflejo de su carácter que no cambia (Mateo 5: 17,18). La transformación del carácter de los hombres según la imagen divina es el gran objetivo del plan de salvación. La ley revela el carácter de Dios; el plan de salvación proporciona la gracia empoderadora para lograr todas las virtudes (Filipenses 4:13).
En Su servicio,
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