Pregunta: ¿Por qué Juan el Bautista le preguntó a Jesús: «¿Eres tú aquel que había de venir, o esperaremos a otro?», cuando antes testificó que Jesús era el «Cordero de Dios»?
Respuesta: Cuando Juan el Bautista fue encarcelado por el rey Herodes, su vida de cautiverio pesaba mucho sobre él. A medida que pasaba semana tras semana, sin producir cambios, se desanimó, especialmente cuando sus discípulos cuestionaron si Jesús era el Mesías. Sus discípulos probablemente se preguntaron: “¿Por qué Jesús no hizo nada para liberar a Juan?” A Juan todo esto le parecía un misterio. Entonces, envió un mensaje a Jesús diciendo: «¿Eres tú aquel que había de venir, o esperaremos a otro?»
El Salvador no respondió inmediatamente a la pregunta de los discípulos. Mientras esperaban una respuesta, Él “sanó a muchos de enfermedades y plagas, y de espíritus malos, y a muchos ciegos les dio la vista” (Lucas 7:21). Al final del día, Jesús llamó a los discípulos de Juan y les dijo: “Id, haced saber a Juan lo que habéis visto y oído: los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos son limpiados, los sordos oyen, los muertos son resucitados, y a los pobres es anunciado el evangelio; y bienaventurado es aquel que no halle tropiezo en mí” (Lucas 7:22-23). La evidencia de la divinidad de Cristo se vio al servir a la humanidad.
Los discípulos llevaron el mensaje, y fue suficiente. Entonces, Juan recordó la profecía acerca del Mesías, “El Espíritu de Jehová el Señor está sobre mí, porque me ungió Jehová; me ha enviado a predicar buenas nuevas a los abatidos, a vendar a los quebrantados de corazón, a publicar libertad a los cautivos, y a los presos apertura de la cárcel; a proclamar el año de la buena voluntad de Jehová” (Isaías 61:1, 2).
Las obras de Cristo no sólo declararon que Él era el Mesías, sino que también mostraron de qué manera se establecería su reino. Su reino no era un reino terrenal. Jesús vino para servir a la humanidad y morir para redimir a todos. La fe de Juan en Cristo se reavivó y su corazón se iluminó con el amor de Dios.
Cuando pasamos por pruebas y tribulaciones como Juan, debemos recordar todo lo que Cristo ha hecho por nosotros en la cruz y en nuestras vidas. Necesitamos reflexionar sobre la fidelidad del Señor y su amor infinito. No debemos permitir que las pruebas nublen la bondad de Dios. Al reflexionar en el Señor, el desánimo y la duda se desvanecerán y la fe se fortalecerá sabiendo que Dios dispone todas las cosas para el bien de los que le aman (Romanos 8:28).
En Su servicio,
BibleAsk Team