Cumplir toda justicia
Algunos se preguntan ¿por qué fue bautizado Jesús? El mismo Juan hizo la misma pregunta al darse cuenta de su propia indignidad cuando Jesús pidió el bautismo. Juan respondió a Jesús: “Mas Juan se le oponía, diciendo: Yo necesito ser bautizado por ti, ¿y tú vienes a mí?” (Mateo 3:14). Jesús le respondió: “Deja ahora, porque así conviene que cumplamos toda justicia” (Mateo 3:15). No era apropiado bautizar a Jesús en reconocimiento de pecados personales, porque Él no tenía pecados de los cuales arrepentirse, pero, como nuestro ejemplo, era apropiado que aceptara el bautismo.
Además, era apropiado que Juan bautizara a Jesús al comienzo de Su ministerio público como reconocimiento por parte de Su precursor. Juan era la “voz que clama en el desierto” profetizado por Isaías, llamando al pueblo al arrepentimiento en preparación para su Mesías (Isaías 40:3). Y declaró a la nación que el Hijo de Dios, aquel que él había predicho, bautizaría con el “Espíritu Santo y fuego” (Mateo 3:11). Juan declaró: “Yo bautizo con agua; mas en medio de vosotros está uno a quien vosotros no conocéis. Este es el que viene después de mí, el que es antes de mí, del cual yo no soy digno de desatar la correa del calzado” (Juan 1:26, 27).
Y después del bautismo, Juan anunció a todos: “He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. Este es aquel de quien yo dije: Después de mí viene un varón, el cual es antes de mí; porque era primero que yo. Y yo no le conocía; mas para que fuese manifestado a Israel, por esto vine yo bautizando con agua” (Juan 1:29-31).
Jesús Nuestro Ejemplo
El bautismo de Jesús fue un ejemplo para que el pecador recibiera no sólo perdón sino también limpieza. Su bautismo simbolizó la muerte y la resurrección del pecador a una nueva vida (2 Corintios 5:21). Los pecados del pecador le fueron contados a Cristo, como si fueran suyos, de modo que la justicia de Cristo le es contada al pecador como si fuera suya.
La unidad de la Divinidad
Y finalmente, en el bautismo de Jesús, hubo una revelación de la unidad de la Deidad en su obra salvadora a favor de la humanidad. “Y Jesús, después que fue bautizado, subió luego del agua; y he aquí los cielos le fueron abiertos, y vio al Espíritu de Dios que descendía como paloma, y venía sobre él. Y hubo una voz de los cielos, que decía: Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia” (Matthew 3:16, 17). El Padre ama al mundo (Efesios 1:4). Él envió a su Hijo para salvar al mundo (Lucas 19:10). Finalmente, el Espíritu convence de pecado (Juan 16:8) y atrae a los creyentes al Padre a través del Hijo.
En Su servicio,
Equipo BibleAsk
