El ángel que anunció el nacimiento de Juan dijo: “Zacarías… tu mujer Elisabet te dará a luz un hijo, y llamarás su nombre Juan… porque será grande delante de Dios… E irá delante de él con el espíritu y el poder de Elías, para hacer volver los corazones de los padres a los hijos, y de los rebeldes a la prudencia de los justos, para preparar al Señor un pueblo bien dispuesto” (Lucas 1:13-17).
Elías, en días de apostasía y crisis (1 Reyes 17:1; 18:1–19, 36–40) fue un símbolo de reforma y lealtad a Dios. Y la naturaleza de la obra de Juan el Bautista, como precursor del Mesías, fue profetizada en las Escrituras (Isaías 40:1–11; Malaquías 3:1; 4:5, 6). Incluso los escribas reconocieron que era “necesario que Elías” viniera “primero” (Mateo 17:10; Marcos 9:11, 12). El mensaje de Juan fue de reforma y arrepentimiento (Mateo 3:1-10).
Juan se parecía a Elías, no sólo en la obra que debía hacer y en la valentía con la que debía proclamar la verdad (1 Reyes 21:17–24; Mateo 3:7–10), sino incluso en su manera de vivir y su apariencia general (Mateo 3:4; 2 Reyes 1:8). Ambos profetas también sufrieron persecución (1 Reyes 18:10; 19:2; Mateo 14:10).
Las profecías sobre el precursor del Mesías se cumplieron de manera tan sorprendente en Juan el Bautista que la gente común y también sus líderes reconocieron el parecido de Juan con Elías (Juan 1:19-21). Incluso después de la muerte de Juan, los sacerdotes, los escribas y los ancianos no se atrevieron a negar que Juan era un profeta (Mateo 21:24–27; Marcos 11:29–33; Lucas 20:3–7).
Conclusión
Por lo tanto, cuando Jesús se refirió a Juan como Elías, se refería a su vida, espíritu, poder y obra que eran similares a los de Elías. El énfasis de Jesús está en el mensaje, no en el hombre. Entonces, Juan no era Elías en persona, sino que representaba el mensaje de reforma y arrepentimiento de Elías.
En Su servicio,
Equipo BibleAsk
