Muchos se preguntan por qué Pablo aconsejó a los primeros miembros de la iglesia que no se casaran cuando dijo las siguientes declaraciones:
“Bueno le sería al hombre no tocar mujer” (1 Corintios 7:1).
“Quisiera más bien que todos los hombres fuesen como yo [no casado]” (1 Corintios 7:7).
“Digo, pues, a los solteros y a las viudas, que bueno les fuera quedarse como yo” (1 Corintios 7:8).
“Hará bien el hombre en quedarse como está” (1 Corintios 7:26).
¿Estaba Pablo en contra del matrimonio? Él se aclara y da la razón de su opinión en 1 Corintios 7:26 (énfasis añadido): “Tengo, pues, esto por bueno a causa de la necesidad que apremia; que hará bien el hombre en quedarse como está [soltero].” Es probable que la “necesidad que apremia” a la que se refiere Pablos es la opresión y la persecución que la iglesia, en Corintios, estaba enfrentando a manos de los romanos.
Pablo quería evitar a los Corintios situaciones dolorosas en el matrimonio [ej. negar a Cristo o ver morir a un miembro de la familia (Jeremías 16:1-4)]. Cuando Jesús habló de la “gran angustia” que vendría sobre Jerusalén, advirtió específicamente “de las que estén encintas” y “de las que críen” (Lucas 21:23). Jesús les informó que tendrían mayores dificultades para sobrevivir el “filo de espada” que vendría sobre Jerusalén (Lucas 21:24; Mateo 24:19-21). De manera similar, Pablo aconsejó a los de Corinto que no se casaran “a causa de la necesidad que apremia” (1 Corintios 7:26).
Pablo enseñó que el matrimonio es “honroso” (Hebreos 13:4). En esto, estaba en línea con lo que enseña la Biblia. En la creación, Dios bendijo la institución del matrimonio. Él afirmó: “No es bueno que el hombre esté solo” (Génesis 2:18); así creó una esposa para Adán (2:21-24). Todo lo que Dios había creado y examinado hasta ese momento había sido “bueno” (Génesis 1:4,10,21,25). Sin embargo, lo único que Él declaró como “no bueno” fue la falta de compañía humana del hombre. Entonces, Dios creó a la mujer para que fuera la ayudante del hombre y su compañera para toda la vida. Y las escrituras lo confirman: “El que halla esposa halla el bien” (Proverbios 18:22).
En Su servicio,
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