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¿Cuántos cielos se mencionan en la Biblia?

¿Cuántos cielos hay?

La Biblia enseña: “En el principio creó Dios los cielos y la tierra” (Génesis 1:1). El cielo de los cielos o el cielo más alto es donde viven Dios y los ángeles. Es un lugar de pureza, santidad y paz (Isaías 3:3; 57:15). Las Escrituras usan la palabra cielos para describir tres lugares diferentes:

¿Qué tal con la expresión “séptimo cielo”? Un antiguo mito babilónico hablaba del séptimo cielo donde habitan los dioses. El número 7 también puede haber sido tomado de los cuerpos celestes más cercanos a la tierra: la luna, Mercurio, Venus, Marte, el sol, Júpiter y Saturno. Esta referencia no se puede encontrar en la Biblia, ya que la Biblia solo describe 3 cielos:

El primer cielo

El primer cielo es el firmamento, el cielo de la tierra, por donde vuelan los pájaros y por donde se ciernen las nubes. “Luego dijo Dios: Haya expansión en medio de las aguas, y separe las aguas de las aguas. E hizo Dios la expansión, y separó las aguas que estaban debajo de la expansión, de las aguas que estaban sobre la expansión. Y fue así. Y llamó Dios a la expansión Cielos. Y fue la tarde y la mañana el día Segundo” (Génesis 1:6-8 e Isaías 55:10). Cuando Dios estaba formando el Jardín del Edén, creó el primer cielo para rodear la tierra.

El primer “cielo” se refiere a los cielos atmosféricos que el ojo humano ve como un dosel o cúpula que cubre nuestra tierra. Ninguna vida puede existir sin aire. Las plantas lo necesitan, al igual que los seres vivos. Sin la atmósfera, nuestra tierra sería un lugar sin vida, muy caldeado en la parte más cercana al sol y muy frío en las demás partes. No existiría vida vegetal en ninguna parte, y ningún ser vivo podría vivir por cualquier período de tiempo.

El segundo cielo

El segundo cielo es el espacio donde cuelgan el sol, la luna y las estrellas. “Dijo luego Dios: Haya lumbreras en la expansión de los cielos para separar el día de la noche; y sirvan de señales para las estaciones, para días y años, y sean por lumbreras en la expansión de los cielos para alumbrar sobre la tierra. Y fue así. E hizo Dios las dos grandes lumbreras; la lumbrera mayor para que señorease en el día, y la lumbrera menor para que señorease en la noche; hizo también las estrellas” (Génesis 1:14-16).

Estos cuerpos celestiales en el cielo sirven como señales del favor o la ira de Dios como en la vida de Josué (Josué 10:12, 13), los tiempos de Ezequías (2 Reyes 20:11) y el día de la crucifixión (Mateo 27:45). Las “estrellas” son una de las señales de la segunda venida de Cristo (Mateo 24:29).

Cada sistema complejo de este segundo cielo hizo maravillarse al profeta David. “Cuando veo tus cielos, obra de tus dedos, la luna y las estrellas que tú formaste, digo: ¿Qué es el hombre, para que tengas de él memoria, y el hijo del hombre, para que lo visites? … ¡Oh Jehová, Señor nuestro, cuán grande es tu nombre en toda la tierra! (Salmos 8:3-4, 9).

Cuando una persona contempla la grandeza, el misterio, la gloria de los cielos como se ve de noche, y reflexiona sobre lo ilimitado del espacio y los innumerables cuerpos celestes, debe ver que el hombre es una pequeña partícula en el vasto universo.

Sin embargo, Dios en su infinita misericordia y amor ofreció a su Hijo unigénito a morir para redimir a la humanidad de la muerte eterna. “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna” (Juan 3:16).

El tercer cielo

El tercer cielo es la morada de Dios. Aquí es donde Dios, Jesús y la gran cantidad de ángeles viven hoy. De hecho, cuando Jesús ascendió al cielo, pasó por todos los cielos mencionados en la Biblia.

“Por tanto, teniendo un gran sumo sacerdote que traspasó los cielos, Jesús el Hijo de Dios, retengamos nuestra profesión.»

Hebreos 4:14

El tercer cielo se menciona en la Biblia. Pablo se refirió a este en 2 Corintios 12.

“Conozco a un hombre en Cristo, que hace catorce años (si en el cuerpo, no lo sé; si fuera del cuerpo, no lo sé; Dios lo sabe) fue arrebatado hasta el tercer cielo. Y conozco al tal hombre (si en el cuerpo, o fuera del cuerpo, no lo sé; Dios lo sabe), que fue arrebatado al paraíso, donde oyó palabras inefables que no le es dado al hombre expresar.”

2 Corintios 12:2-4

David también escribió, “Jehová está en su santo templo, Jehová tiene en el cielo su trono” (Salmos 11:4). El tercero de los cielos donde se encuentra el trono de Dios, es diferente a los dos cielos anteriores mencionados. Es el cielo más alto o el “cielo de los cielos” (Nehemías 9:6).

Después de que Jesucristo cree un cielo nuevo y una tierra nueva, Dios trasladará Su trono a la tierra nueva. Juan el Revelador registra, “Vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer cielo y la primera tierra pasaron, y el mar ya no existía más. Y yo Juan vi la santa ciudad, la nueva Jerusalén, descender del cielo, de Dios, dispuesta como una esposa ataviada para su marido. Y oí una gran voz del cielo que decía: He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y él morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos como su Dios” (Apocalipsis 21:1-3).

 La Nueva Jerusalén descenderá del tercer cielo y se asentará donde ahora se encuentra el Monte de los Olivos. La montaña será allanada para hacer una gran planicie, sobre la cual descansará la ciudad. Todos los justos de todas las edades (Zacarías 14:5), los ángeles del cielo (Mateo 25:31), Dios Padre (Apocalipsis 21:2, 3) y Dios Hijo (Mateo 25:31) volverán a la tierra con la ciudad santa para la tercera venida especial de Jesús. La segunda venida será por Sus santos, mientras que la tercera será con Sus santos.

Un lugar para ti en el cielo de los cielos

El plan de Dios es para todos los que deseen estar con Él en el cielo de los cielos. Jesús asegura a sus seguidores:

“En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros. Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis. Y sabéis a dónde voy, y sabéis el camino.”

Juan 14:2-4

Cristo señala a los discípulos la segunda venida como el momento en que se reunirían con Él. Pablo también señala a los cristianos ese tiempo glorioso de la gran reunión (1 Tesalonicenses 4:16, 17). No se menciona aquí la doctrina popular de que los creyentes van a estar con su Señor en el momento de la muerte. Esta doctrina tampoco se sostiene en ninguna otra parte de las Escrituras.

El Hijo de Dios espera con gran anticipación que Sus hijos reflejen Su carácter. Cuando Su imagen sea perfectamente duplicada en Su pueblo por obra del Espíritu Santo, entonces Él descenderá del cielo de los cielos para recibirlos. Es nuestro privilegio acelerar el día del regreso a casa.

“Esperando y apresurándoos para la venida del día de Dios, en el cual los cielos, encendiéndose, serán deshechos, y los elementos, siendo quemados, se fundirán!”

2 Pedro 3:12

Así, todos aquellos que se han confesado y arrepentido de sus pecados pueden dedicar su vida a la predicación del evangelio y preparar el camino para Su venida. La salvación es sencilla. Amad al Señor vuestro Dios y amad a vuestros hermanos y hermanas. Este es el camino al cielo.

En Su servicio,
BibleAsk Team

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